miércoles, 24 de enero de 2018

Crítica Insidious: La última llave de Adam Robitel



Recientemente hemos hecho maratón de Insidious en casa, por lo que tenía muy frescas y presentes las demás entregas cuando fui al cine a ver La última llave. No sé lo que me esperaba, pero desde luego no era tener miedo de meterme las palomitas en la boca por si me atragantaba de un susto. La película tiene una atmósfera que va a encantar a todos los amantes del género, desde el primer hasta el último fotograma.

Como ya viene siendo habitual en esta saga, estamos ante una precuela. En ella, descubrimos mediante flashbacks la infancia de Elise en su casa de Nuevo México, a la que tiene que regresar para proteger al nuevo inquilino de un espíritu maligno que lo acosa. 



Me ha parecido una película con escenas duras (no de terror, sino que duelen de verdad) que nos muestran la terrible infancia de Elise, con un padre que no entendía su don y que la maltrataba. De hecho, los primeros diez minutos de la película me hicieron llorar y pasarlo realmente mal. Eso sí, en cuanto empiezas a adentrarte en la historia, dejas a un lado la pena para ponerte en tensión pendiente por la multitud de sustos que contiene y, como he dicho al principio, por la atmósfera terrorífica que rodea cada fotograma.

A mí, personalmente, me ha parecido una película entretenida que logra su objetivo: meterte algún que otro susto en el cuerpo y hacerte seguir disfrutando de una saga que los fans del terror adoran. Además, en esta ocasión, el terror no es solo psicológico, sino que nos damos cuenta, una vez más, de que los peores y más crueles monstruos son los humanos.

Lo mejor: Los flashbacks. El sótano. El tono de humor que ponen siempre los compañeros de Elise.

Lo peor: Que no me dejó comer en paz por miedo al atragantamiento.







1 comentarios:

Pinta muy muy bien esta película, ¡le tengo unas ganas!
Genial crítica, preciosa 😊

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