lunes, 26 de febrero de 2018

Crítica Hellraiser: Judgement de Gary J. Tunnicliffe





The Hellbound Heart (aka Hellraiser) es una de las obras escritas más conocidas de Clive Barker porque en su corta extensión deja patente prácticamente todas las señas de identidad y el tono que caracterizan a este artista inglés del terror. Su perspectiva más visceral y pasional del género lo ha llevado a ser un referente en el movimiento conocido como "La Nueva Carne". Y en esa novela corta Clive, además, presentaba unos personajes tan siniestros como fascinantes. Pero no fue hasta un año después, cuando los cenobitas llegaron para quedarse en la memoria de todo fan del género de terror con la adaptación cinematográfica de Hellraiser realizada por el mismo Clive Barker.

Los Cenobitas son unas entidades superiores amorales que son invocadas mediante un curioso rompecabezas que solo se activa ante los deseos más lascivos y prohibidos. Su labor es la de hacer sentir experiencias más allá del límite del conocimiento humano. Pero para llegar a ello ha de sacrificarse el cuerpo que será atravesado por ganchos, cuchillas o alfileres. Se cortará, mutilará, quemará, desollará... Pues el Dolor es la llave para alcanzar esos blasfemos placeres.




Aunque sus compañeros de profesión mostraban aspectos más extremos. Quien se convirtió en la figura de referencia cuando alguien hablaba de Hellraiser era el Cenobita interpretado por Doug Bradley. Aquel cuyo rostro estaba surcado de clavos y que parecía ser el Heraldo de esas entidades. Pinhead. Así fue como se dio a conocer aquel Cenobita al que volvimos a ver en las dos secuelas que siguieron a la cinta original y que marcaron el antes y el después para la franquicia. Pues, como iba siendo habitual en el género, se quiso forzar una saga que rivalizará con otras como Pesadilla en Elm Street o Halloween. Desde luego, se creía que con tener a Pinhead todo estaba resuelto. Por lo que no se temió nada a la hora de realizar secuelas a la cual más olvidable. El culmen llegó en 2011 con la detestada Revelations, en la que incluso Doug Bradley decidió abandonar el barco. Tras este duro golpe, Dimension Films le dio un descansito a la saga. Pero en ese espacio de tiempo se siguió tanteando el siguiente paso: ¿Un remake del film original? ¿Una película de Orígenes? ¿O una nueva secuela?

Finalmente se decidió abordar la última posibilidad. Pero desde luego la cosa no tiraba por derroteros convencionales, pues Dimension Films decidió apostar por la conversión a película de un cortometraje de Gary J. Tunnicliffe. Maestro de los FX´s quien ya trasteó con la franquicia siendo el responsable del guión de la ya citada Revelations. El corto se sentía más bien como un homenaje a Hellraiser a modo de inspiración, pues proponía una mitología y personajes de creación propia. Aún con todo, Dimension confió plenamente en Tunnicliffe al querer que integrase todo lo que propuso en el nuevo capítulo de la saga.




La apuesta se antojaba demasiado arriesgada. Y desde luego la cosa parecía no pintar bien cuando ya en los primeros minutos de Hellraiser: Judgement, Gary J. no tiene ningún temor en romper con prácticamente todo lo propuesto por Clive Barker en la película original del 87. Pero lo hace desde la tan conocida como necesaria premisa de "Reinventarse o morir". El planteamiento está bien propuesto y no nos es complicado aceptar esto. A lo que sigue un prólogo que extiende lo ya visto en el corto original. Aún así, me ha sorprendido todo lo que he visto en él. Tunnicliffe sigue reinventando la saga. Cambiando el conocido tono azul fantasmagórico que suele acompañar a los Cenobitas por uno más ocre y enfermizo. E incluso tenemos nuevos personajes que sustituyen a los que solemos encontrarnos al juguetear con el endemoniado rompecabezas. Pero todo ello acaba integrándose bastante bien y se muestra aún mejor. Animándonos a querer ver qué ocurre tras los créditos iniciales. Pero el género lleva arrastrando desde hace un tiempo un nuevo mal. Y ese es el de realizar un excelente prólogo al que sigue un malogrado conjunto.




Tras los créditos de apertura de Judgement nos topamos con el enésimo sucedáneo post-Seven. Una trama policíaca de detectives persiguiendo a un asesino en serie de temática religiosa. De presentarse como trama de fondo, aún se podría salvar el conjunto. Pero la película la tiene como trama principal. Si el prólogo se había esmerado en hacernos aceptar toda esta reinvención de la saga, todo ese trabajo cae en saco roto al arrojarnos a esta historia ya conocida por todos. De hecho, incluso llega a recordar a lo visto en la quinta entrega de Hellraiser.

La dirección es plana. Se nota que Gary J, apenas ha dirigido un par de películas infantiles. Pero lo peor es darse cuenta que el aspecto donde más debería brillar la película (los FX´s) queda demasiado a deber. No tanto en el caso de dar vida a los nuevos personajes de la retorcida nómina de Pinhead, sino más bien a la hora de mostrarnos los sangrientos actos que llevan a cabo. Resulta ser una de las entregas más tímidas en este aspecto, buscando muertes fuera de plano en la medida de lo posible. De hecho, las escenas más perturbadoras no son las sangrientas.




Las actuaciones de los actores que encarnan al trío de detectives están por debajo de la media. Las escenas aleatorias con los Cenobitas apenas logran mantener la atención en el metraje. Se agradece que al final esta trama conecte con el tinglado infernal de Pinhead, porque si tenemos que valorarla por sí sola...

Aunque en su origen la visión de Barker sobre los Cenobitas y su mundo resultaba ser más metafísica. A lo largo de los años y con la introducción de nuevas voces en la franquicia (y el alejamiento del propio Clive Barker de la misma), todo esto fue tirando por una vertiente más religiosa tirando al cristianismo. Si bien la frase promocional de la película original "Ángeles para unos Demonios para otros" y su subtitulo "Los que traen el Infierno" solo buscaban la metáfora. A partir de la tercera entrega se empezó a tomarlo al pie de la letra. Y Judgement continúa en esa línea. La recta final de hecho también nos propone una curiosa dicotomía en este asunto. El problema lo encontramos cuando parece que incluso la propia película es consciente de que apenas le queda tiempo para llegar a su final y decide forzar la situación. Con lo que la cosa queda colgando demasiado.




Si Revelations ya no tenía a Doug Bradley siendo el Pontífice Oscuro, Judgement también prescinde de él para delegar en Paul T. Taylor la difícil tarea de ser Pinhead. Por suerte, recoge muy bien el testigo de Doug y no cae en el bochorno del Pinhead visto en el film de 2011. Ello también ayuda a que la participación del hierofante sea bastante terciaria hasta la recta final. Donde el personaje sufre un drástico cambio de estatus que queda bien como final sorpresa pero que a la hora de parar a pensar en ello puede significar uno de los errores más sangrantes para la franquicia (y mira que no hay pocos en toda la saga).

Entre tanto cambio aún nos encontramos con algún que otro simpático cameo que no pasará desapercibido al fan de la saga.

Hellraiser: Judgement propone buenas premisas y elementos que ni se molesta en explotar al querer que la trama que sustente el conjunto sea una simplona y sin gracia revisión de Seven. Aún con todo resulta ser una decente secuela de esta malograda saga. Lo cual tampoco es decir mucho.




Lo Mejor: El prólogo.

Lo Peor: La trama central. Lo decepcionante de los FX´s a la hora de realizar las muertes.


3 comentarios:

A pesar de sus fallos (que veo que son mucho), le echaré un ojo, ya que el mundo de los cenobitas me encanta.
Genial entrada, Rubén, y buen análisis sobre la saga creada por Barker en la que cada vez hay menos de él.

Este creo que es más para Tony que para mí.
Muy buena reseña :)

Rain: Pero vete preparada para un buen lavado de cara a la mitología propuesta por Barker.

Tamara: Seguro que Tony la goza y quiere que se pongan manos a la obra en MacFarlene para que hagan figuras de los nuevos cenobitas.

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