miércoles, 21 de junio de 2017

El terror en la mochila: La mansión embrujada de Rose Hall (Jamaica)



Hoy me largo al Caribe. Pero no, no penséis que voy a meter mi cuerpo serrano en aguas cristalinas mientras le meto una pajita a un coco y me pongo roja como una guiri en Benidorm. No. Yo me voy a Jamaica, concretamente a visitar la mansión embrujada de Rose Hall.

Está situada a unos 12 kilómetro de Montego Bay, en lo alto de una colina con vistas al mar. Durante el siglo XVIII, Jamaica estaba llena de esclavos venidos de África que eran obligados a trabajar en las plantaciones de azúcar. Muchas mansiones se dedicaban a explotarlos, pero Rose Hall estaba en cabeza.  George Ash, su propietario, le puso ese nombre cuando se casó con su prometida Rose. Dos años después, George muere y Rose se casó hasta tres veces más. Un sobrino-nieto de su último marido hereda esta impresionante mansión y ahí es cuando empieza esta historia a resultar aterradora y sangrienta. Cuando John heredó la propiedad, se casó con Annie Mae, a la que sus esclavos llamaban La Bruja Blanca de Rose Hall.


Annie empezó a sacar su lado oscuro. A los once años perdió a sus padres y se crió en un orfanato con una sacerdotisa vudú que le enseñó magia negra y múltiples formas de tortura. Al morir su cuidadora, Annie se trasladó a Jamaica y se casó con John. Corría el año 1820.

Envenenó a su marido y clausuró la habitación donde murió para que nadie se enterase de lo ocurrido. Más tarde, apuñaló a su segundo esposo y estranguló al tercero. Tenía 2000 esclavos a su servicio, a los que utilizaba también como amantes. Tenía una mazmorra que utilizaba para sus macabros juegos: abusaba de ellos, los encadenaba, los marcaba con fuego y luego, cuando saciaba su apetito sexual, los ejecutaba.

Algunos intentaron escapar de allí, pero ninguno lo lograba. Annie había instalado grandes cepos con los que les daba caza. Además, cuando apresaba a alguno tratando de huir, su castigo era terrible, ya que sacrificaba a los hijos del pobre prófugo y usaba los huesos para sus rituales.

Cuando se abolió la esclavitud, muchos se unieron y entraron a la fuerza en Rose Hall, mataron a la Bruja Blanca, desfiguraron su cadáver y lo tiraron por la ventana.

En la actualidad, la mansión está abierta a los visitantes y se mantiene casi igual que cuando Annie vivía en ella. Durante los trabajos de restauración, aparecían manchas de sangre en las paredes, justo en la habitación en la que Annie acuchilló a su esposo.

Curiosidad: En el año 1931, H.G. Lisser escribió un libro basado en esta historia, La bruja blanca de Rose Hall, que también sirvió al grupo de rock Coven para grabar uno de sus temas.

Fuentes:

1 comentarios:

Genial entrada, como siempre, y vaya mujer, tuvo su merecido, ¿vagará su fantasma por los pasillos de la mansión? Mejor no comprobarlo xD

Un besazo, preciosa!

Publicar un comentario