viernes, 24 de marzo de 2017

Crítica Assassin´s Creed de Justin Kurzel




Muy pocas son las adaptaciones cinematográficas de videojuegos que apenas logran ganarse el aprobado. El lenguaje cinematográfico y el del videojuego son bastante distintos (a pesar de que en los últimos años los segundos tratan de parecerse más a los primeros). Y resulta bastante complicado lograr trasladar toda esa experiencia a los mandos a la butaca del cine. Siendo la mayor parte estrepitosos fracasos y el resto apenas películas apenas perdonables.

Quizás la adaptación más exitosa de un videojuego sea la de Resident Evil (cuyo último capítulo ha sido reseñado recientemente en Castle Rock Asylum). Y lo es distanciándose bastante de la saga zombi de Capcom para crear su propia mitología. Este parece ser también la intención de la película que nos ocupa. La adaptación cinematográfica de Assassin´s Creed.




Fue en 2007 cuando Ubisoft lanzó al mercado el primer Assassin´s Creed. Cuya gran aceptación allanó el camino para sucesivas entregas jugonas a las que se le han unido cómics y novelas. Haciendo que esta sea una de las nuevas franquicias de esta generación. Era cuestión de tiempo que se decidiesen a probar suerte con el salto de fe en el mundo del cine. Para ello se ha logrado que Justin Kurzel, director de la última versión cinematográfica de Hamlet, se ponga tras las cámaras y vuelva a dirigir a Michael Fassbender (X-Men: Apocalipsis, Centurión) y Marion Cotillard (Aliados, El Caballero Oscuro; La Leyenda Renace).

Es importante el recalcar que esta película quiere ser algo más que una adaptación y abrir un nuevo camino. Para empezar lo demuestra con su mismo protagonista. Callum Lynch es una creación original para la cinta. Al igual que la decisión de que el marco histórico elegido sea la España del Siglo XV en vez de las otras ya de sobra conocidos por los principales videojuegos (es cierto que el de Nintendo DS titulado Discovery ya se ambientaba en esa época). O el mismo Animus "sufre" un lavado de cara para hacerlo más atractivo de cara a las características cinematográficas.




Claramente todo esto viene asentado por los elementos y temas característicos de la saga y ya resabidas por los jugones. Pero que aquí son descubiertas por los profanos. Quienes, por desgracia, seguramente queden bastante desconcertados tras ver la película. Pues esta aún parece que piensa que la mayor parte del público serán veteranos del videojuego. Y a pesar de que tengamos una de esas típicas introducciones escritas. En el resto del metraje todos esos elementos son vagamente presentados y trabajados. Siendo el más sangrante el mismísimo Fruto del Edén. El objeto más importante de este universo y que acaba relegado a un mero Macguffin

Esto también puede venir debido a que la película parece que quiere asentar las bases para una saga cinematográfica. Y confía tanto en esto que prefiere guardarse todos esos ases bajo la manga. Cosa que puede jugar MUY en su contra de verse comprometido ese futuro en el cine y al valorar esta película como parte independiente. 




La película se apoya bastante en la acción. Estupendamente coreografiada y que acaba siendo de lo más valorable y disfrutable del conjunto (como debe de ser en una historia con un gremio de Asesinos acrobáticos). El resto de temas transcendentales que parecen querer presentar con todo el tema del Fruto y el Libre Albedrío apenas se sienten reales en la boca de los personajes. Y el espectador se encuentra deseando que las cuchillas vuelvan a encontrar la carne enemiga.  

El interesantísimo marco histórico (con todas sus licencias, claro está) resulta estar bastante ninguneado y con los minutos contados. La película decide transcurrir casi en su totalidad en la época actual. Y hasta cuando se dan las escenas de lucha en la España de la Inquisición se utiliza el recurso del Animus. Es así como la película logra que los personajes de este pasado se sientan de lo más ajenos. Y que los villanos (sobre todo el Inquisidor Tomás de Torquemada, interpretado por nuestro paisano Javier Gutiérrez) acaben siendo de lo más olvidables. 




Aunque esto no solo se limita a las partes del pasado. La escritura de personajes es bastante deplorable. Y más teniendo a actorazos como Jeremy Irons (La Misión, M Butterfly) o Brendan Gleeson (Calvario, Braveheart) en el reparto. Por lo menos el de Fassbender se guarda los mejores momentos y frases. A parte de que se nota que se lo ha pasado genial trabajando en esta película (no por nada decidió ejercer de productor).

La BSO la firma el hermano del director. Y he de reconocer que resulta un gran trabajo. Logrando temas muy potentes.

Comentar también un detalle que en un principio se agradece, pero que a la hora de ver la película preferirías que no se terminase haciendo. Y es el de que los personajes en la España del S. XV hablen castellano. Está bien en el caso de Javier Gutiérrez y otros actores patrios (además de que ayuda a crear sensación de coherencia). Pero duele bastante en el caso de actores como Fassbender o Ariane Labed (The Lobster, Magic Men). Cuyo contacto con el idioma de Cervantes, parece que solo ha sido el guión de esta película. Con lo que sus diálogos suenan forzados y para nada convincentes. Fastidiando bastante la experiencia al espectador (servidor la vio en VO. Desconoce cómo lo han hecho en la versión doblada).

La película se aboca a un acelerado desenlace al que le afecta bastante la sensación de querer forzar una continuación que podría no llegar. 

Assassin´s Creed NO es esa gran adaptación de videojuego que contentará a jugones y profanos por igual, Comparte este error con la también estrenada en 2016 Warcraft: El Origen. Pero hay que decir a su favor que busca crear un nuevo camino que case con el lenguaje cinematográfico a partir de todo lo presentado en los videojuegos y ganarse una nueva audiencia. Además de contar con unas escenas de acción que bien suponen un gran reclamo para darle una oportunidad a su visionado. 




Lo Mejor: Cuenta una nueva historia a partir de lo ya presentado en los videojuegos. Las escenas de acción.

Lo Peor: El confiar tanto en una continuación y dejar tantas cosas en el aire. No aprovechar las partes en la España de la Inquisición y a Torquemada.




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