lunes, 18 de mayo de 2015

Crítica The ABC´s of the Death 2 por Rubén "Reaper" González


No solo la literatura se aprovecha de las antologías para ofrecernos una buena cantidad de historias de corta duración juntas. El cine, sobre todo el de género de fantaterror, nos ha dejado estupendos compendios de cortometrajes (de mayor o menor duración). Dead of Night, Black Sabatth, Kwaidan, Tales of Terror, son unos cuantos ejemplos de antologías clásicas. Pero seguro que todos conocéis Creepshow. Sí, la apetitosa creación conjunta del maestro del suspense Stephen King (Cujo, El Resplandor) y el padre del zombi moderno George. A. Romero (La Noche de los Muertos Vivientes, La Mitad Oscura) que homenajeaba a revistas de horror como Creepy y Tales from the Crypt. En los últimos años, la antología más recordada es, sin duda, Truco o Trato. La llamada por algunos "Pulp Fiction del terror" que nos contaba unas cuantas oscuras historias entrecruzadas en la terrorífica noche de brujas. 

Una antología que está en boca de muchos seguidores del terror últimamente es V/H/S. Que ya cuenta con tres entregas y que, personalmente, no me entusiasmaron nada (hablo de las dos primeras, Viral la tengo pendiente), solo gustándome una historia de la secuela. Pero lo cierto, es que muy pocas antologías han sabido tratar de innovar tanto como The ABC´s of the Death.

La premisa del proyecto es interesante cuanto menos: realizar una antología de 26 cortometrajes en los que se reparte a cada director/es una letra del abecedario para idear una historia que gire alrededor de la muerte del título elegido. ¿Suena genial, verdad? Tantos cortos, directores de todo el mundo con sus gustos y estilo particular y tantas posibilidades... Si bien es cierto que el resultado no fue el deseado o esperado. Soy de los que no ven The ABC´s of the Death como un insulto al cine (como parece que muchos lo ven). Tampoco la voy a defender a capa y espada porque soy el primero en admitir que la calidad es bastante irregular y que mayormente prima lo pésimo (y no tiene que ver con el presupuesto). Pero no se puede quitar mérito al tratar de innovar. Además, nos dejó unas cuantas estupendas joyitas y, en definitiva, es una gran opción para todo aquel que quiera ver algo diferente, rompedor y que no se corta un pelo.

Como no, estuve entusiasmado de saber que la secuela estaba de camino. Y ya estaba deseando descubrir el nuevo abecedario de la Muerte. Y más, tras ver los títulos de crédito iniciales y los tránsitos entre cortos de una factura exquisitamente macabra. Mostrándonos un libro desplegable de perturbadoras ilustraciones victorianas con la mismísima parca dando mortales lecciones a unos niños. Todo ello, acompañado por una melodía que ya ha pasado a formar parte de la particular BSO de mis pesadillas.

Y tras esto, comenzamos el abecedario:

A is for Amateur, E.L Kantz: Empezamos muy bien. Con una historia que derrocha humor negro y con la que no podrás evitar esbozar una macabra sonrisa al asistir al primer (y puede que último) encargo de este asesino a sueldo, que demuestra que los sistemas de ventilación no son tan limpios e impolutos como nos enseñan en las películas de espías.

B is for Badger, Julian Barratt: Un presentador de un programa de naturaleza y una madriguera de tejones mutantes. Muy simple y soso.

C is for Capital Punishment, Julian Gilbey: El sospechoso de la desaparición de una jovencita es sentenciado a muerte por un pueblo que se toma la justicia por su mano... Una historia que creo que funcionaría mejor en un relato que en un corto. En este medio queda demasiado simple.

D is for Deloused, Robert Morgan: En la primera parte de The ABC´s of the Death había un corto realizado con plastilina que era de lo mejorcito. Repulsivo y macabramente divertido. En la secuela no se iba a perder la oportunidad de volver a darnos una ración de stop-motion, esta vez aún más perturbador que te deja con la boca abierta un buen rato.




E is for Equilibrium, Alejandro Brugués: El director de Juan de los Muertos, deja aparcado los zombis para traernos una historia de dos náufragos que viven perfectamente hasta la llegada de una mujer que hará que uno de los dos tome una drástica decisión. Quizás peca de demasiado humor, pero al menos tiene una muerte relacionada con el título. Cumple con su cometido.

F is for Falling, Aharon Keshales: Sencillamente, este corto SOBRA. El bostezo que solté al verlo fue más interesante. Increíble que este sea el artífice de Big Bad Wolves, película que Quentin Tarantino (Reservoir Dogs, Malditos Bastardos) calificó como la mejor de todo 2013.

G is for Grandad, Jim Hosking: Rocambolesca historia de un nieto muy chulo y su abuelo algo pirado de la olla... Este corto se complementa con el anterior en un alarde de mediocridad por parte de los directores.

H is for Head Games, Bill Plympton: Si la anterior entrega tenía un corto animado, que por cierto era una mierda (literalmente), en esta no iba a ser menos. Y aunque no es difícil superar a aquel corto, este se queda bastante lejos de poder darle un aprobado raspadillo.

I is for Invincible, Erik Matti: Gracias a una joya maldita, nunca fue tan difícil conseguir una herencia... No pasa de la triste carcajada.

J is for Jesus, Dennison Ramalho: Se hizo de rogar, pero por fin volvemos a tener un corto bueno. Y sin duda de los mejores de la antología. ¿Aún en el siglo XXI sigue habiendo gente que cree que hay algo diabólico en la homosexualidad? Este corto responde de la forma más brutal con una historia que llega a ser en momentos dolorosamente preciosa.




K is for Knell, Kristina Buozyte: De las escenas más mundanas se puede sacar una historia de lo más terrorífica... Una joven que se pinta despreocupadamente las uñas de los pies verá por la ventana como un extraño líquido negro en una esfera flotante vuelve locos a los inquilinos del edificio de enfrente. Y parece que el horror llama a su puerta... Extraño pero efectivo, en cuanto a inquietar se refiere.

L is for Legacy, Lancelot Oduwa Imasuen: Empieza bien, con el hijo de un rey africano a punto de ser ejecutado por el deseo de una de sus mujeres. Pero entonces es cuando el hombre se transforma en un monstruo cutre digno de la serie Z más trash dejándote en un shock del que tardas en recuperarte,

M is for Masticate, Robert Boocheck: Como en la primera, se puja una letra para que directores amateurs de todo el globo consigan colarse en este compendio. Incluso españoles como Sergio Morcillo, se atrevieron a participar... pero al final ganó este corto bastante videoclipero de un gordinflón que se convierte en toda una bestia al no decir que no a una droga de lo más caníbal. Aprobado raspado.




N is for Nexus, Larry Fessenden: En Halloween, la muerte espera a una criatura de Frankenstein y a un pequeño esqueleto gracias a un inepto taxista. Esta antología necesita más de este tipo de historias, breves pero directas (atentos a los disfrazados de las calles, entre ellos hay uno de los asesinos enmascarados de Tú eres el siguiente).

O is for Ochlorocy, Hajime Ohata: Corto zombi bastante original. Con un tribunal de muertos vivientes que juzgan a los supervivientes del típico apocalipsis Z. Personalmente, acabaría el corto en la parte en la que la niña zombi mira al espectador. Ese final me parece que sobra en el conjunto.

P is for P-P-P-P Scary!, Todd Rohal: HORRIBLE. NEFASTO. Un corto que da vergüenza ajena. A saber en qué estaba pensando el director al realizar semejante perdida de tiempo.

Q is for Questionnaire, Rodney Ascher: Un hombre realiza un test para un fin de lo más perturbador (y mono). Final bastante chocante pero que funciona a la hora de sorprender.

R is for Roulette, Marvin Kren: Y llegamos al que, para un servidor, es el mejor corto de la antología. Rodada en blanco y negro, ejecutada a la perfección, con unas actuaciones de lo más convincentes y un giro final de lo más BRUTAL, este juego macabro merece un largo y merecido aplauso.




S is for Slipt, Juan Martínez Moreno: El director de la simpática Lobos de Arga se afana en dejarnos mal cuerpo con una historia estupendamente rodada de un encapuchado que irrumpe con terribles intenciones en una casa en la que están una madre y su recién nacido, mientras el padre de familia está de viaje de "negocios" en el extranjero.

T is for Torture Porn, Jen y Sylvia Soska: Corto que espera impactar con la diabólica revelación de la, aparente, desvalida y cándida jovencita que se presenta a un casting porno. La verdad es que me ha dejado de lo más frío y he agradecido lo breve de la duración.

U is for Utopia, Vicenzo Natali: Como en la primera parte, The ABC´s of the Death 2, cuenta entre sus filas a un buen par de reconocidos directores del género (en este caso hablo de Vicenzo Natali) que logran llamar la atención de muchos que esperan sorprenderse con lo que les pueda ofrecer tales artistas. Pero como ocurrió en la primera con Ti West (The Sacrament, V/H/S), Vicenzo parece no querer esforzarse nada y pare una historia simplona a más no poder. Sigo sin creerme que el director de Cube me haya mostrado una Utopía tan cutre como la del corto. Defraudado es decir poco...

V is for Vacation, Jerome Sable: Una inocente videollamada de novio a novio va convirtiéndose poco a poco en una horrible escena de muerte bastante gratuita, la verdad. Me sobró demasiado esa señora y el detornillador.

W is for Wish, Steven Kostasnki: Cuidado con lo que deseas... este corto nos revela una visión de los juguetes (como los de Masters of Universe) que nunca habríamos imaginado: de lo más retorcida, violenta y sangrienta . Alocada y perturbadora.

X is for Xylophone, Bustillo y Maury: Aunque no llegan al nivel de Vicenzo Natali, los directores de A L´Intérieur nos ofrecen un corto bastante decepcionante que se apoya más en su opresiva atmósfera que en la historia. Eso sí, nunca un xilófono fue tan macabro como en este corto.

Y is for Youth, Sôichi Umezawa: Segundo asalto japonés en los que vuelven a salir MUY bien parados, a diferencia de la primera antología, en la que los directores nipones se dejaron llevar por su particular estilo y nos dieron unas cuantas idas de olla (más o menos infumables, eso sí). En esta historia, las excentricidades están perfectamente justificadas a lo largo del mensaje de texto que escribe nuestra joven protagonista en su teléfono móvil sobre sus "maravillosos" papis. De lo mejorcito de The ABC´s of the Death 2.




Z is for Zygote, Chris Nash: Y terminamos de la manera más brutal gracias a este cuento grotesco de una mujer que detiene su embarazo gracias al mascar unas raíces que le deja su marido antes de abandonarla por motivos desconocidos. Pero pasados 13 años, la criatura  en la panza de su mamá está bastante hacinada... Un corto que alcanza cotas tan desagradables que incluso revolvió el estómago a un servidor (que creía estar curado de espanto). Un final perturbador y perfecto para esta antología.

Al igual que la primera parte, esta película no se salva del ritmo irregular y de que unos cuantos cortos sean pésimos, pasables o simplemente horribles... pero es lo que tiene tener a 26 directores tan diferentes. Aunque en esta entrega se puede decir que los cortos buenos son excelentes. Y, de todos modos, este producto tiene un gran punto a favor: su duración. No, no digo la duración total, porque son unas buenas dos horas. Digo de los segmentos que la componen. A diferencia de otras antologías en las que estás jodido como una historia no te guste, porque suelen ir del cuarto de hora a la media hora. En The ABC´s of the Death 2 tenemos la ventaja de que los cortos son de lo más corto, con lo que es muy fácil aguantar un par de ellos que nos disgusten hasta poder ver uno que de verdad nos encante.

Si te gustó The ABC´s of the Death, no deberías decir que no a este secuela. Y si eres de los que se atreven con todo, tampoco te niegues al visionado. Tiene unas cuantas joyitas del género por las que merece la pena atreverse a descubrir este mortal abecedario.

Aunque algunos ya digan que el proyecto pierde frescura, yo ya estoy cruzando los dedos para que no tarden en realizar la tercera parte (veremos si es verdad eso que a la tercera va la vencida).




Lo Mejor: Su premisa. Los créditos iniciales. Que los directores no se corten un pelo a la hora de contarnos sus historias.

Lo Peor: Unos cuantos cortos que hacen perder credibilidad al proyecto. Y ese desganado Vicenzo Natali y su sosa Utopía.




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